Vida Diaria
¿Quién soy?
Esta pregunta es la causa de los grandes conflictos en la mujer, no sabemos dónde está nuestra identidad, el motivo de nuestra existencia, el propósito de vivir cada día, por lo cual no nos sentimos aceptadas, que a la larga constituye el mayor obstáculo para amarnos y aceptar que somos amadas.
Ef. 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.” Este versículo nos da la idea de la maravillosa obra de arte que el Señor ha diseñado en nosotras, su amor nos transforma, salva nuestras vidas, nos da la dirección correcta y nos identifica con aquel que nos salvó y nos llevó a la adopción. Además, tenemos un propósito al darnos cuenta porque fuimos creadas en Cristo para buenas obras, ¿Estas caminando como una escogida de Dios? El Señor nos tomó con nuestras heridas y rencores, haciéndonos saber que a pesar de todo hay un propósito para nuestra existencia, preparándonos para que vivamos en él, haciéndonos conscientes de su voluntad por medio de su Palabra, a través del Espíritu Santo.
Efe.1:5 “nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad,” Dios desea que disfrutemos de ser adoptados como sus hijas. Esto nos abre las puertas para una relación cálida y segura con el Padre, perdonándonos por nuestros pecados, aceptándonos amorosamente como parte de su familia. Su deseo es que podamos ser sus hijas, por ello no escatimo en entregar a su único hijo para que esto se cumpliera.
No sé cuánto dolor hay en tu corazón, o los pensamientos que impiden que aceptes quien eres en Cristo, pero es tiempo que entregues al Señor todo lo que hay en ti, y empieces a caminar como hija de Dios, no dejes que nada robe este hermoso regalo, tienes una herencia a la cual no puedes renunciar. Ro. 8:17 “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” Dios Padre comparte la herencia con nosotras, juntamente con Cristo, no está limitada a riquezas materiales y temporales, sino a las eternas, aquellas que son únicas, que nadie puede arrebatarlas, ¡Que Padre tan amoroso y detallista!
Una de las grandes mentiras es que una hija de Dios no debe sufrir, debemos tomar en cuenta, que los padecimientos es una condición para nuestra futura glorificación, estas nos limpian de todo aquello que estorba, lima toda aspereza, forma nuestro carácter, además nos hace valorar los padecimientos de Cristo, porque fue por amor a ti y a mí.
En nuestra vida algunas hemos pasado por momentos difíciles, en otras personas esas situaciones las llevaron a confusión y a tomar decisiones equivocadas, o a no querer seguir adelante con su vida. Pero si esto hizo detenerte y clamar al Señor, da gracias a Dios, porque aun en nuestra debilidad y cuando no había nada bueno en nosotros siguió adelante con el propósito que tiene para cada una de nosotras. Puede ser que sea difícil ahora seguir adelante, pero conforme pases tiempo con tu Padre Celestial te darás cuenta de quién eres, de porque has sido creada, de cuanto disfruta ese Dios amoroso cuando te acercas a Él.
Recordemos fuimos diseñadas con un propósito, somos hechura suya “Puedes comprender ahora que eres una gran obra de arte, y tu valor no puede calcularse”. Es tiempo de caminar como sus hijas, glorificando su amor por nosotros a través de un testimonio que nos lleve a vivir en su propósito, siendo transformadas por su gran amor en Cristo Jesús.
Por Sandri de García
Sandra Lizeth Recinos Perera de García, 22 años de casada, madre de 2 hijos. 35 años cristiana, Graduada de Instituto Bíblico Jesucristo en BACCALAUREATUS EN TEOLOGÍA.
Ha trabajado con diferentes grupos a nivel ministerial desde 1996, ministrando, enseñando y aconsejando, estuvo de misionera durante once años en Colombia, actualmente es parte de Iglesia Cristiana Jesucristo, donde tiene el privilegio de apoyar en ministerio de damas y niños
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