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No demos cabida a la pereza.

Vida Diaria





(Puedes escuchar este tema en nuestro Podcast)


NO DEMOS CABIDA A LA PEREZA


Uno de los mayores enemigos en nuestra vida es la pereza, pues, aunque parezca ilógico si damos cabida a ella, tomara control de todo en nuestra vida, además que esta es la madre de las justificaciones pues siempre encontrara un pretexto para evitar ser responsables y cumplir con lo que nos corresponde. Una cosa es descansar debido al arduo trabajo y es lo correcto y justo en nuestra vida, sin embargo, luego es necesario retomar nuestras actividades y desarrollarnos en ella, pero cuando confundimos la pereza con el cansancio, nuestra existencia se detiene por completo, no hay ninguna motivación, ni ánimo de hacer algo.


Proverbios 6:6-8 “Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual, no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.” Se nos ilustra el valor del trabajo a través de una hormiga; la sabiduría de Dios es tan grande que nos da este hermoso ejemplo para que entendamos cuan importante es ser laboriosas. La pereza es el puente para el fracaso y la miseria, mas la diligencia lleva al éxito y la madurez, cabe resaltar que esto es lo que caracteriza el vivir en Cristo.


El ser diligentes es un aspecto importante en la mujer que trabaja no solo viendo su propio beneficio sino el de los demás, en todo tiempo cumple con su trabajo, no se queja y disfruta haciéndolo, esto no es parte de una actividad en su vida pues se convierte en parte de una vida laboriosa, esto tiene mucho que ver con la sabiduría pues a través de su trabajo crea puentes de amistad, aprende a trabajar en equipo, busca estar de acuerdo con quienes la rodean, haciendo siempre lo que es correcto. Filipenses 2:4 “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.”


La pereza lleva a una actitud egoísta, yo necesito, no me entienden, no puedo hacerlo, todos me exigen, necesito tiempo, etc. Espera que otros tomen la responsabilidad por ella misma, no se esfuerza por buscar lo propio y cuando tiene algo para si se niega a compartirlo con los suyos. Se ha acomodado a una vida sin sentido y propósito, hay mucho en el cristianismo que aun son perezosos, no buscan ser ayuda y cuando se les pide que sean parte de algo siempre ponen miles de pretextos, escudándose en decir “yo no participo porque no me toman en cuenta”. Proverbios 10:26 “Como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos, así es el perezoso para quienes lo envían.”


Como hijas del Altísimo debemos tener siempre presente, que nuestro vida debe estar centrada en trabajar en nuestra relación con el Señor, en la restauración de nuestras vida y familia, en ser imitadoras de Cristo, en madurar en Cristo Jesús; sin contar lo que todo esto conlleva, la vida de la mujer piadosa no es trabajosa sino diligente pues su tiempo esta invertido en edificar su vida, la de su descendencia y de los que la rodean siendo de bendición, además que su dirección siempre será su hogar celestial, habitar en la presencia de su amado; la presencia de Dios mismo.


Hebreos 6:11-12 “Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.” Una de las cosas con las cuales debemos luchar cuando llegamos a los pies de Cristo es la pereza, pues ahora tenemos un propósito y es el desarrollar en nosotras el carácter de Cristo, madurando diligentemente en su presencia y Palabra, siendo dirigidas por el Santo Espíritu de Dios y cuando nos sintamos cansadas nuestro buen Señor renovará nuestras fuerzas y fortalecerá nuestro corazón, no perdamos esta hermosa oportunidad por dar cabida a la pereza. Hemos sido llamadas con un propósito, invirtamos de manera sabia nuestro tiempo pues el Señor tiene grandes cosas para nosotras.



Por Sandri de García







#mujeragradecida

#confianza








Sandra Lizeth Recinos Perera de García, 22 años de casada, madre de 2 hijos. 35 años cristiana, Graduada de Instituto Bíblico Jesucristo en BACCALAUREATUS EN TEOLOGÍA.


Ha trabajado con diferentes grupos a nivel ministerial desde 1996, ministrando, enseñando y aconsejando, estuvo de misionera durante once años en Colombia, actualmente es parte de Iglesia Cristiana Jesucristo, donde tiene el privilegio de apoyar en ministerio de damas y niños.

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