Vida Diaria.
LA LENGUA
Es increíble como una parte tan pequeña en nuestro cuerpo puede ser causa de grandes conflictos, destrucción y muerte o causa de fortaleza, consejo, vida y paz. Todo radica en como llenamos nuestro corazón, de esta manera estaremos siendo de bendición o de destrucción para:
1). Nosotras,
2). Quien recibe lo que decimos,
3). Alcanza a los que nos rodean y están escuchando y viendo. Si tuviéramos presente esto seriamos cuidadosas en nuestra forma de hablar.
“En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.” Pro. 18:21
Hace unos años conocí a la esposa de un gran siervo de Dios, era muy estricta, muchos decían que tenía mal carácter, en el tiempo que interactúe con ella cometí muchos errores, pero ella permanecía callada luego de un tiempo se sentaba a mi lado y me decía en donde me había equivocado y como debía corregirlo. Cuando estaba molesta o preocupada la encontraba de rodillas orando. En una ocasión me dijo la bendición empieza por tu propia vida, así que frena tu corazón para que detengas tu lengua.
“El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca.”Lc. 6:45
Las palabras revelan quienes somos en realidad, si hay un buen o mal tesoro en el corazón, se mostrará con el tiempo. Las palabras muestran nuestras verdaderas intenciones. Lamentablemente en nuestra ignorancia pretendemos defendernos con palabras vacías y expresiones necias, atacando a otras personas sin darnos cuenta de que estamos dejando nuestra tarjeta de presentación y afectando la relación con otros. Esto también afecta la manera en que nos acercamos al Señor, si nuestra actitud es de queja, acusación, o manipulación. Recordemos que el Señor conoce quienes somos y por ello no podemos engañarlo.
Tomemos en cuenta que, aunque cultivemos el corazón y cuidemos las palabras es posible que las personas no lo vean de esa manera, por ello es importante que nuestro corazón este puesto en agradar al Señor, recordemos que las palabras primero van a nosotras y luego a quienes nos escuchan. Esto es el producto de lo que hemos sembramos en nuestra vida.
“tiempo de callar y tiempo de hablar;” Ecl. 3:7b
Eclesiastés nos habla de los tiempos de actuar, y en ellos esta el de mantener cerrada nuestra boca y el de abrirla, debemos aprender a movernos en esos tiempos, para poder movernos en ella debemos aprender a escuchar lo que dice o dicen quienes nos habla, si nuestras palabras no traen bendición, vida o consejo es preferible no abrir la boca.
Tomemos en cuenta que el Señor juzgara toda palabra ociosa que salga de nuestra boca Mt. 12:36, por ello debemos guardarnos ante el Señor primero, y ante los que nos rodean, esto lo logramos cuando dejamos que el Espíritu de Dios tome control de nuestras emociones y nos ayude a tener dominio propio para frenar la lengua. Ninguna palabra ociosa o destructiva puede ser justificada ante el Señor, somos responsables de todo lo que sale de nuestra boca.
¿Sabías que las palabras tienen un alto impacto en quienes las escuchan? Por ello necesitamos de la dirección del Espíritu de Dios para hablar con sabiduría y prudencia. Así que cuando pasemos por momentos difíciles, pongamos freno en la boca para expresar abiertamente como nos sentimos y vallamos al trono de la gracia postrando nuestro corazón al Señor para que primero pongamos paz en el corazón y luego podamos aclarar nuestros pensamientos, para poder hablar lo que es bueno, justos y agradable ante el Señor, en ese momento es cuando reflejamos en quien esta nuestra confianza, el poder de la gracia en Dios y el mover del Espíritu Santo en nuestras vidas. Necesitamos que el Señor nos capacite para usar la lengua como instrumento de amor y gracia salvadora En Cristo.
Por Sandri de García
Sandra Lizeth Recinos Perera de García, 22 años de casada, madre de 2 hijos. 35 años cristiana, Graduada de Instituto Bíblico Jesucristo en BACCALAUREATUS EN TEOLOGÍA.
Ha trabajado con diferentes grupos a nivel ministerial desde 1996, ministrando, enseñando y aconsejando, estuvo de misionera durante once años en Colombia, actualmente es parte de Iglesia Cristiana Jesucristo, donde tiene el privilegio de apoyar en ministerio de damas y niños
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