Vida Diaria
(Puedes escuchar este tema en nuestro Podcast)
EL TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO
Salmos 18:30 “En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan.”
El camino en la palabra de Dios se relaciona con la vida y la dirección que tomamos, por ello este debe ser guiado por el Señor, pues tomar la dirección incorrecta nos desvía del camino correcto el cual nos lleva a una vida con propósito en Cristo Jesús. Transitar por este camino implica caminar en obediencia, confiar en las promesas y ser dóciles a la dirección del Espíritu Santo.
El tiempo del Señor tiene un propósito perfecto para nuestra vida, pues este alcanza a nuestra descendencia, es difícil poder movernos en ese tiempo pues tratamos de comprenderlo para poder dar pasos en el camino correcto. Este es uno de los mayores tropiezos en el creyente ya que pretendemos muchas veces manipular al Señor al querer que se mueva en nuestro tiempo a nuestra conveniencia.
El Señor administra el tiempo en nuestra vida de manera que podamos ser formadas, para caminar en rectitud, justicia e integridad, al esperar en el Señor desarrollamos nuestra fe como creyentes, pues no vivimos por vista sino creyendo en un Dios vivo y verdadero que permanece fiel; nosotras no podemos notarlo, pero Él tiene control de todo lo que sucede en cada aspecto de nuestra vida. Meditar y obedecer la Palabra de Dios es necesario para poder esperar pacientemente en el Señor. Eclesiastés 3:11 “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.” No podemos valorar y disfrutar de lo que el Señor ha hecho debido a que nos afanamos y frustramos en nuestro camino esperando respuestas inmediatas que nos favorezcan, esta es una de las razones que nos impide disfrutar de una creación hermosa y poder avanzar hacia nuestra eternidad.
Nuestro tiempo en este mundo es pasajero y esperar en el tiempo del Señor es difícil lograrlo por nuestra propia iniciativa o deseo, necesitamos que el Espíritu Santo nos ayude. Mis amadas hermanas en el tiempo del Señor recordemos que somos instruidas en la Palabra de verdad y justicia, aprendemos a caminar en obediencia, muchas veces no comprenderemos porque Dios obra de tal manera o tarda tanto, o talvez la respuesta que tanto esperábamos no llego como queríamos. Una cosa es cierta el tiempo de Dios es perfecto donde nosotras somos lo más importante en él, pues es dedicado para formarnos y desarrollarnos en un propósito perfecto.
Isaías 55:8 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos” Nuestros pensamientos están limitados por las emociones, deseos, heridas, expectativas, todo está determinado por nuestra voluntad, esto nubla la dirección correcta para tomar el camino en Dios, por lo cual debemos pasar por procesos donde el Señor nos lleva a comprender que su voluntad es perfecta y que todo lo usa para nuestro bien. Tanto los pensamientos de Dios y sus caminos nos llevan a un objetivo y es el ser conformadas a la imagen de Cristo, nuestro buen Padre nos está llevando a lo eterno, a su gloria, a su presencia, a prepararnos para tomar nuestra herencia en Cristo Jesús, en pocas palabras nos esta llevando a la perfección como la futura novia de su Amado Hijo. No dejemos que los afanes nos desvíen del propósito de Dios, esperemos pacientemente en El confiadas de su obra perfecta, siendo agradecidas por el fruto obtenido a través de ese tiempo perfecto, caminando en rectitud y justicia sin desmayar. ¡Animo no estamos solas! El Santo Espíritu nos ayuda en esta travesía.
Por Sandri de García
#amargura
Sandra Lizeth Recinos Perera de García, 22 años de casada, madre de 2 hijos. 35 años cristiana, Graduada de Instituto Bíblico Jesucristo en BACCALAUREATUS EN TEOLOGÍA.
Ha trabajado con diferentes grupos a nivel ministerial desde 1996, ministrando, enseñando y aconsejando, estuvo de misionera durante once años en Colombia, actualmente es parte de Iglesia Cristiana Jesucristo, donde tiene el privilegio de apoyar en ministerio de damas y niños.
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