top of page
  • Writer's pictureMujeresllenasdegraciaICJ

Cambios que Fructifican en AMOR

Updated: Aug 25, 2022

Vida Diaria



CAMBIOS QUE FRUCTIFICAN EN AMOR


Cuando empezamos nuestra caminata cristiana inician los cambios en nuestro corazón, en el están enraizadas todas aquellas cosas que dañan una relación profunda e íntima con el Señor y el relacionarnos con otras personas correctamente. El Señor va despojando al ego para habitar con nosotros, una de las grandes manifestaciones de esto es el fruto del Espíritu, el cual va marcando los cambios, relación y crecimiento con el Señor.


Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Empecemos hablando del Amor, es increíble como este nos da la fuerza para que otros estén primero, pues nos despojamos de egoísmo y nos centramos en considerar a quienes nos rodean, esto implica aprender a llevar y soportar todas las cosas. No es la manifestación de la empatía humana, es la manifestación misma del amor de Dios hacia los demás, por ellos es tan difícil el poder desarrollar este fruto, es dejar nuestra vida por completo en manos del Señor para extender nuestro corazón a aquel que necesite de nosotras.


La madurez en Cristo es medida por la forma en que estos frutos se evidencian en nuestra vida, Mateo 7:20 “Así que, por sus frutos los conoceréis” Nuestro carácter se rige por esto, además que es parte de la naturaleza de Dios, y si estamos en Cristo como sus hijas, esto también está siendo formado en nosotras.


Romanos 13:10 “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.” Cuando amamos a otros lo hacemos como nos amamos nosotros, algo que aprendemos en nuestra caminata cristiana es identificarnos con el amor de Dios manifestado a través de un Cristo crucificado, no escatimo nada por nosotras para poder hacernos parte del reino celestial, además nos da tiempo para corregir cada área de nuestra vida. Esto nos identifica con el amor que el Señor tiene con otras personas, los perdidos, los que se han descarriado de sus caminos, los que aún son tiernos en la fe, replicamos lo que hemos visto, vivido y aprendido de nuestro Señor, es tener presente cuán importante es la vida por lo cual nuestro corazón se desborda para extenderse al necesitado, consolar al abatido, manifestar la gracia de Dios para con cada uno de aquellos que deben ser fortalecido en amor.


Para ello es necesario que aprendamos quienes somos en Cristo, si bien es cierto somos hijas del Altísimo, pero debemos aprender a caminar en esta verdad, desarrollando el fruto del Espíritu en nosotras. 1 Juan 4:16 “Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.” Cuando nuestra relación con el Señor se fortalece, meditamos en su Palabra, y caminamos en obediencia, el Espíritu Santo se mueve en y atraves de nosotras, haciendo una obra de restauración completa la cual alcanza aun a aquellos que nos rodean.


Es decir, nuestro alrededor deja de tener límites, ya no nos centramos en nosotras mismas o nuestra familia, va más allá, nos convertimos en instrumentos del Señor, donde su mismo amor se derrama de tal manera en nuestra vida que la proyectamos a otros, viéndolos como el Señor los ve, amándolos como el Señor los ama, Primero aprendemos quienes somos en Dios, segundo nuestros ojos ven a otros a través del corazón del Señor, ¡Alabado sea Dios!


La esencia del verdadero amor la encontramos en 1ª corintios 13:4-8 y es nuestra medida para evitar que el ego reine en nuestra vida “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.”



Por Sandri de García











Sandra Lizeth Recinos Perera de García, 22 años de casada, madre de 2 hijos. 35 años cristiana, Graduada de Instituto Bíblico Jesucristo en BACCALAUREATUS EN TEOLOGÍA.


Ha trabajado con diferentes grupos a nivel ministerial desde 1996, ministrando, enseñando y aconsejando, estuvo de misionera durante once años en Colombia, actualmente es parte de Iglesia Cristiana Jesucristo, donde tiene el privilegio de apoyar en ministerio de damas y niños








34 views0 comments

Recent Posts

See All

Comentarios


bottom of page