
Salmo 37:37 "Mira al perfecto, y observa al justo; porque hay un final dichoso para el hombre de paz."
Este versículo nos invita a mirar al justo, a la mujer que camina recta ante los ojos de Dios. En un mundo lleno de injusticias, dificultades y distracciones, a veces parece que la paz es algo lejano. Sin embargo, el Salmo nos recuerda que, aunque las pruebas vengan, el final del justo es un final de paz y bendición. La mujer que busca la justicia, que se mantiene fiel a Dios y camina con integridad, encuentra en Él una paz que no se compara con la que el mundo ofrece.
Ser una mujer justa no significa ser perfecta, sino que es una mujer que se esfuerza por seguir los caminos de Dios, confiando en su promesa de que Él es su protector y su guía. A pesar de los desafíos, su paz se mantiene porque sabe que su futuro está asegurado en las manos del Señor.
Hoy quiero animarte a que, en medio de las luchas diarias, sigas observando la vida del justo, de aquellos que han mantenido su fe firme, confiando en el Señor. El mundo puede ofrecer muchas alternativas para alcanzar paz temporal, pero la paz verdadera solo viene cuando te entregas completamente a Dios. Si estás atravesando momentos de dificultad, recuerda que la paz del Señor no depende de tus circunstancias, sino de tu fe en Él.
Te invito a hacer de la paz un estilo de vida, sabiendo que el justo tiene una recompensa final llena de bendición. No te dejes llevar por las preocupaciones, sino mantén tus ojos puestos en Él, el autor y consumador de tu fe.
Oración:
Señor, te doy gracias porque Tú eres mi paz, mi refugio y mi fortaleza. Hoy elijo confiar en Tus promesas y en Tu justicia. Aunque las dificultades me rodeen, sé que Tú estás conmigo y que al final de todo, Tu paz será mi recompensa. Ayúdame a caminar en justicia, a seguir Tus caminos y a mantener mi mirada fija en Ti. Que mi vida sea un testimonio de tu paz y que, a través de mis acciones, otras mujeres puedan ver Tu luz. En el nombre de Jesús, amén.
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